Si eres un amante de la poesía y estás buscando una forma de leer y descargar los libros gratis del gran poeta nicaragüense Rubén Darío, ¡hoy es tu día de suerte, porque aquí los tenemos todos!
Rubén Darío es considerado uno de los padres del modernismo literario en lengua española, y sus obras han sido aclamadas por su belleza, originalidad y profundidad.
Aquí encontrarás una selección de 24 libros de Darío disponibles para descargar en formato PDF, incluyendo sus poemarios más conocidos como «Azul», «Prosas profanas» y «Cantos de vida y esperanza».
Esperamos que disfrutes de la lectura de estos clásicos de la literatura hispanoamericana tanto como nosotros.
Rubén Darío
Rubén Darío fue un poeta y periodista nicaragüense nacido en 1867. Es considerado el fundador del Modernismo en la literatura hispanoamericana y sus obras poéticas son admiradas por su riqueza en lenguaje, su musicalidad y su imaginación desbordante. Murió en 1916, a los 49 años.
Azul es un libro de cuentos y poemas del poeta nicaragüense, considerada una de las obras más relevantes del modernismo hispánico. Se publicó por primera vez en Valparaíso (Chile) el 30 de julio de 1888. Dos años después, en Guatemala, apareció una segunda edición corregida y aumentada.
Los poemas y cuentos que componen el libro fueron en su mayor parte escritos por Rubén Darío durante su estancia en Chile, país en el que permaneció entre 1886 y 1889. Todos los textos habían aparecido previamente en la prensa chilena, entre el 8 de diciembre de 1886, fecha en la que apareció «El pájaro azul», y el 23 de junio de 1888 («Palomas negra»).
Cantos de vida y esperanza es un libro de poemas publicado por primera vez en España en 1905. De acuerdo con el mismo autor, el libro fue escrito en su plena madurez:
«Si Azul… simb
oliza el comienzo de mi primavera, y Prosas profanas mi primavera plena, Cantos de vida y esperanza encierra las esencias y sabias de mi otoño.»
El libro se constituye por cincuenta y nueve poemas, de los cuales catorce integran la parte principal titulada “Cantos de vida y esperanza”; cuatro, la segunda sección llamada “Los cisnes”, y los cuarenta y uno restantes conforman la última parte “Otros poemas”.
Una de las principales virtudes de Rubén Darío fue la renovación métrica y verbal a la que sometió a la poesía gracias a sus innovaciones en dicho campo las cuales se dejan sentir por encima de todo en una de sus obras que no es otra que Prosas profanas. Este libro, editado y publicado por primera vez en Buenos Aires en 1896 supone el triunfo del modernismo en la estética rubendariana a la par que su momento de plenitud.
La innovación nos llega desde el propio título ya que con la palabra prosas hace referencia a ciertos hinnos que se cantan en algunas misas tras la lectura del Evangelio y con la palabra profanas niega deliberadamente el primer término, con lo que admite cierta atracción y a la vez cierta repulsa hacia la religión católica tradicional.
El poema ”A Margarita” es una de las obras del autor nicaragüense, uno de los más destacados escritores del modernismo literario hispanoamericano. Es un poema sobre el amor y el dolor de perder a la persona amada.
El poema se encuentra en Prosas profanas y otros poemas, publicada en 1896, obra adscrita al modernismo, corriente literaria que para aquel momento se encontraba en auge y que se proponía la renovación de la literatura española con su lenguaje preciosista, su rigor formal y su gusto por lo exótico y lo cosmopolita.
El año 1907 marca la aparición en Madrid de El canto errante, libro de poemas que resulta altamente significativo para entender la evolución lírica y personal de su autor. A la vez, el momento de la publicación de El canto errante favorece la comprensión de lo que supuso la larga polémica modernista y el papel desempeñado por Darío en ella.
Por las cartas y testimonios darianos sabemos que El canto errante se publicó en Madrid en octubre de 1907 por deseo expreso de Darío, tanto por razones artísticas y literarias como económicas. La edición del libro tiene lugar en el contexto de una encrucijada personal y una polémica modernista.
Los raros es un libro publicado en 1896 que recopila una serie de semblanzas de autores admirados por el poeta nicaragüense.
En la primera edición del libro, aparecida en 1896 en Buenos Aires, impresa por la Tipografía La Vasconia, aparecían las semblanzas de diecinueve autores: Leconte de Lisle, Paul Verlaine, Villiers de l’Isle Adam, Léon Bloy, Jean Richepin, Jean Moréas, Rachilde, Teodoro Hannon, Lautréamont, Max Nordau, George d’Esparbés, Augusto de Armas, Laurent Tailhade, Fra Domenico Cavalca, Eduardo Dubus, Edgar Allan Poe, Ibsen, José Martí y Eugénio de Castro.
En la segunda edición, impresa en Barcelona en 1905, se añadieron las semblanzas de Camille Mauclair y Paul Adam.
En los últimos años de su vida, Rubén Darío redactó su autobiografía, que apareció publicada en la revista Caras y caretas bajo el título de La vida de Rubén Darío escrita por él mismo.
Fragmento:
«Mi primer recuerdo —debo haber sido a la sazón muy niño, pues se me car
gaba a horcajadas, en los cadriles, como se usa por aquellas tierras— es el de un país montañoso: un villorrio llamado San Marcos de Colón, en tierras de Honduras, por la frontera nicaragüense; una señora delgada, de vivos y brillantes ojos negros —¿negros?… no lo puedo afirmar seguramente…, mas así lo veo ahora en mi vago y como ensoñado recuerdo—, blanca, de tupidos cabellos obscuros, alerta, risueña, bella. Esa era mi madre.»
“Sonatina” es un poema escrito por el poeta nicaragüense, máximo exponente de la poesía modernista hispanoamericana. Habla sobre los anhelos de amor y libertad de una princesa encerrada en su palacio.
Como tal, “Sonatina” es un poema de gran belleza, que destaca por su rigurosidad formal, por la precisión y preciosismo del lenguaje, y por su agradable musicalidad, rasgos, todos ellos, que se adscriben a la corriente literaria del modernismo.
Se encuentra en el libro Prosas profanas y otros poemas (1896), uno de los más famosos poemarios de Rubén Darío.
El relato «El lobo de Gubbio» inspiró la poesía de titulada Los motivos del lobo. Este poema pertenece a la etapa de madurez literaria de Rubén Darío y fue publicado en Mundial Magazine en 1913, tres años antes de la muerte del autor.
Por su carácter dramático y su estructura en siete partes, este poema es considerado una de las composiciones que demandan del intérprete un elevado nivel t
écnico y capacidad histriónica.
En la poesía, Rubén Darío se refiere al animal como el lobo de Gubbia. Se desconoce la razón precisa de la diferencia en el nombre de la localidad. Asimismo, la narración poética se aparta del contenido original de las Florecillas de San Francisco puesto que, en la poesía, el lobo retorna más tarde a su estado salvaje inicial como respuesta a las actitudes de los hombres.
En Poema del otoño el poeta se dirige al lector que está en su etapa de madurez. A él le recuerda que aún queda mucho por vivir. Hay que disfrutar del tiempo que nos queda y no pensar en el perdido. El amor puede llegar y hacernos sentir jóvenes. No debemos dejarnos llevar por la tristeza interior de nuestra alma.
Debemos dejar de lado lo que digan de nosotros y buscar nuevas experiencias. Habrá momentos alegres, de felicidad y otros menos animados, como la vida misma. La negatividad es lo que nos envejece más y lo que nos hace morir antes. Pero hay que aceptar que nuestro final llegará y no tenemos que evitarlo porque es imposible hacerlo.
El volumen contiene la oda a Bartolomé Mitre (Presidente argentino entre 1862 y 1868) y los poemas «France-Amérique» «Gesta del coso», «Tutecotzimí», «Libros extraños» y «Retorno».
Fragmento de Oda a Mitre:
¡Oh, captain! Oh, my captain!», clamaba Whitman. ¡Oh,! gran Capitán de
un mundo nuevo y radiante, yo qué diría sino «¡mi General!» en un grito
profundo que hiciera estremecerse las ráfagas del día!
Gran Capitán de acero y
oro,
gran General que amaste en la acción y el sueño
de Psiquis el decoro,
el único tesoro
que en Dios agranda el átomo de este mundo pequeño.
Tierras solares publicado en 1904, está dividido en dos partes: la primera, «Tierras solares», cubren la estancia del poeta en Andalucía entre diciembre de 1903 y febrero de 1904; desde Barcelona, adonde llegó por tren desde París, se embarcó para Málaga, y allí pasó las Navidades con su mujer Francisca Sánchez. Luego siguió a Granada, Córdoba, Sevilla, Algeciras y Gibraltar, más una breve escapada a Tánger, única vez en su vida que puso pie en sus añoradas tierras de las mil y una noches.
La segunda parte, «De tierras solares a tierras de bruma», corresponde al viaje que hizo entre mayo y junio de ese mismo año por Waterloo, Colonia, Bonn, Fráncfort, Hamburgo, Berlín, Viena y Budapest, y ya de regreso Venecia y Florencia, por invitación de un ranchero mexicano, Felipe López Negrete. Iba a dedicar a su generoso acompañante Cantos de vida y esperanza, pero como aún no encontraba editor, lo hizo con Tierras solares.
En Letras el poeta describe el poder que tiene la palabra, la cual animada por su alma, la idea, puede construir, crear, hacer historia y destruir.
Fragmento:
«Esta frase de Elisée Reclus: «La ciudad de los libros» despierta en mí este
pensar: «las casas de las ideas».
En efecto; si la palabra es un ser viviente, es a causa del espíritu que la
anima: la i
dea.
Así, pues, las ideas, con sus carnes de palabras, vivientes, activas, se
congregan, hacen sus ciudades, tienen sus casas. La ciudad es la biblioteca, la
casa es el libro.
Helas allí como los humanos seres; hay ideas reales, augustas, medianas,
bajas, viles, abyectas, miserables. Visten también realmente, medianamente,
miserablemente. Tienen corona de oro, tiara, yelmo, manto o harapos.
Imperiosas o humilladas, se alzan o caen, cantan o lloran».
Es un libro en el que el poeta intenta expresar sus sentires y pensamientos a todo aquel que decida leer la obra. El mismo poeta comienza el libro explicando:
En este libro, como en todos los míos, no- pretendo enseñar nada, pues me complazco en reconocerme el ser menos pedagógico de la tierra. Van aquí mis opiniones y mis sentires, sobre cosas vistas e ideas acariciadas. Todo expresado de la manera más noble que he podido, pues no me avengo con bajos pensamientos ni vulgares palabras. No busco el que nadie piense como yo, ni se manifieste como yo. ¡Libertad!, ¡libertad!, mis amigos. Y no os dejéis poner librea de ninguna clase.
La poesía de Rubén Darío reúne todas las características del Modernismo. En lo formal, el cromatismo, la sonoridad y el ritmo. En los temas, lo exótico, lo mitológico y también un mundo interior desgarrado. Su poesía que llama la atención por la versatilidad: es frívola e intrascendente, pero también sensual, patriótica, grave y angustiada.
La obra está compuesta por:
Pax, Pájaros de las islas, A una colombiana, La vida y la muerte, Porteña, Triste, muy tristemente, Oh, miseria, Corre, Atalanta, María, A la República Dominicana, La gran Cosmópolis, A una mujer, A Lucía, Bella cubana, Para Mariano de Cavia, Despedida, A Francisca, A un poeta, Babyhood, Caminos, El Padre Nuestro de pan, Mater Pulchra, Vargas Vila en su librería, Eva, Cantares andaluces, La espiga, Sueños, Nemrod está contento, Peregrinaciones, Al recibir una carta de Buenos Aires, Amor, Epitalamio, Jamás yo pienso, La anciana, Dama, La fuente, La caridad, A Rubencito, Pasa que la idea azul, Ama tu ritmo, Los olivos, Alma mía, Spes, A una nicaragüense, Divina Psiquis, No ha habido más bella torre, Ay, triste del que un día y Es Venus.
Abrojos fue el primer libro de poemas publicado en Chile y al parecer no tuvo otra edición que la de marzo de 1887, de la Imprenta Cervantes.
Con esta obra, Darío tuvo su iniciación en las letras chilenas, gracias al respaldo y consejos de Pedro Balmaceda Toro. Según Francisco Contreras, este texto es el primer libro de juventud de Darío, «la primera colección en que no aparece ya el balbuceo del niño, sino la voz del hombre. Se encuentra un sello personal y es un libro sincero».
Este libro lo escribió para ser presentado nuevamente en el certamen Varela. Lo compuso entre junio y julio de 1887, entregándolo al concurso el 25 de agosto. Sin embargo, recién fue publicado en diciembre de ese año.
Para la elaboración de esta obra, Darío se inspiró en los datos históricos proporcionados por Eduardo de la Barra, sobre el Combate Naval de Iquique. El tema y la magnificencia del poema le valieron el primer premio en el certamen.
Darío dedicó Canto épico a las Glorias de Chile al presidente don José Manuel Balmaceda: «Señor: Si algo puede valer este canto a las glorias heroicas de Chile, mi segunda patria, acéptelo usted como un homenaje al hombre ilustre, y como un recuerdo al padre de uno de mis mejores
Las críticas del poeta a la España de la época fueron recogidas en España contemporánea, un libro que vio la luz en los últimos años del siglo XIX y que es un testimonio necesario para conocer la mirada de Darío al mundo, una luz llena de sabiduría, que triunfó en su poesía, pero que no desmereció en su prosa.
España contemporánea nos obliga a mirar a un país atrasado, que Darío conoce muy bien, que ya ha visitado anteriormente, pero que ahora analiza con mirada de entomólogo, con la precisión del analista de una sociedad que debe evolucionar, para no perderse en la eterna mediocridad.
Peregrinaciones es la compilaciones de crónicas de Rubén Darío que conjuga el estilo propio, los acontecimientos parisinos, la descripción moderna del trabajo diario como corresponsal y el liderazgo estético en los campos sociales de 1900 en París, Francia.
Fragmento de la obra:
En el momento en que escribo la vasta feria está ya abierta. Aún falta la conclusión de ciertas instalaciones: aún dar una vuelta por el enorme conjunto de palacios y pabellones es, exponerse a salir lleno de polvo. Pero ya la ola repetida de este mar humano ha invadido las calles de esa ciudad fantástica que, florecida de torres, de cúpulas
de oro, de flechas, erige su hermosura dentro de la gran ciudad.
En Todo al vuelo, Rubén Darío recoge una miscelánea de textos en prosa, que incluye ensayos, descripciones, críticas literarias y opiniones políticas, bajo su atenta mirada y con la facilidad de su pluma.
Este volumen recoge tres secciones muy diferenciadas:
-Films de París, que recoge cuadros y personajes parisinos.
-Algunos juicios, donde opina abiertamente sobre otros escritores contemporáneos.
-Varios, que incluye textos muy diversos.
Fragmento:
«En la terraza del Valchette, o desde algún banco del Luxemburgo, me fijo singularmente en los exóticos que desfilan. Y me llama sobre todo la atención el negrito del panamá, un negrito negro, negro, con un panamá blanco, blanco.«
Rubén Darío escribió en Mallorca dos obras en prosa, ambas inacabadas, tituladas «El oro de Mallorca» (1913) y «La isla de oro» (1907).
La primera de las seis partes de La isla de oro, titulada «Divagaciones», fue publicada en «La Nación» el día 5 de abril de 1907.
Fragmento:
«He aquí la isla en que detiene su esquife el argonauta del inmortal ensueño. Es la isla de oro por la gracia del sol divino. Vestida de oro apolíneo la vieron los antiguos portadores de la cultura helénica, y los navegantes de Fenicia que, adoradores de Hércules, le alzaron templos en tierras españolas; y que al llegar a esta prodigiosa regió
;n creyeron sin duda encontrarse en lugar propicio a los dioses fecundos y vivificadores».
La obra Historia de mis libros es un texto clave para el conocimiento de la evolución literaria del poeta.
Darío a través de su obra nos deja un gran mensaje digno de aplicar a nuestra actualidad puesto que también hoy en día existen diferencias entre clases sociales, donde la clase alta menos precia a la clase obrera, también es trascendente porque nos muestra la lucha del ser humano ante el mundo político y corrupto.
Asimismo la obra refleja la inseguridad del ser humano ante el mundo y sus situaciones, ante el futuro incierto y temor a la muerte.
En esta obra el poeta nicaragüense narra diversas historias con su ya inconfundible estilo de escritura.
Fragmento:
«Hace poco más de un año nos hallábamos en mi habitación, en un hotel de París, cerca de la Bolsa, el poeta Maurice Duplessis, porta-estandarte de la escuela romana; el simpático y sutil Kreutzberger, a la sazón crítico literario de La Cocarde, y Enrique Gómez Carrillo, cuyo nombre es bien conocido por los lectores de La Nación.
Charlábamos amistosamente, fabricando cada cual su grog, cuando apareció en la puerta la cabeza moruna de Alejandro Sawa, el escritor español.
Entró Sawa, seguido de un señor alto y flaco, medio clergyman y medio pianista, pálido, de larga cabellera obscura, que le caía sobre los hombros, con un aire de aparecido.
—M. Charles Morice.
Levantéme, y abriendo un libro que estaba sobre mi mesa, leí:»