¿Qué es la Reflexión?

¿Te has preguntado por qué ya no dedicamos tiempo a reflexionar sobre el mundo y nuestra vida? En este artículo daremos respuesta a esta interrogante y te contaremos algunas maneras efectivas de incluir la reflexión como una práctica habitual en tu día a día.

Reflexionar es un ejercicio tan poco valorado en los tiempos actuales que, simplemente, no podemos ver todas sus ventajas. La capacidad de reflexión está íntimamente ligada con el aprendizaje. Si no somos capaces de aprender de nuestras experiencias ni las de los demás, estaremos condenados a repetir siempre las mismas historias de fracaso.

Descubre junto a nosotros lo fascinante que es traer la reflexión como una práctica enriquecedora, que te permitirá desarrollarte, evolucionar y tener mucha más sabiduría respecto a diferentes asuntos de la existencia.

¿En qué consiste la acción de reflexionar?

El ser humano tiene muchas capacidades cognitivas que le permiten desarrollar la inteligencia de forma inigualable. Ningún otro mamífero llega a los niveles de comprensión del mundo que alcanza un humano a lo largo de su vida.

Nuestra facultad para pensar, analizar, sintetizar, abstraer, memorizar, concluir y aprender de experiencia es realmente un milagro que no apreciamos lo suficiente. Entre todas ellas, destaca una de suma importancia: la reflexión. Reflexionar es detenerse a meditar el origen, las características y consecuencias de todo evento que nos ocurre a nosotros, a terceros y al mundo en el que vivimos.

¿Por qué es importante reflexionar en la vida?

Lo que nos permite aprender de los errores individuales o colectivos es la capacidad de reflexionar. Sin ella, seríamos más impulsivos y nada empáticos con las situaciones que se dan en nuestro entorno.

Como decíamos al principio, la reflexión es básica para el aprendizaje, porque nos permite saber aspectos como: por qué hacemos lo que hacemos, de dónde provienen nuestras creencias, qué errores cometimos y qué resultados se obtienen de todas las experiencias que vivimos.

¿Cómo hacer de la reflexión un hábito?

Hay distintas formas de hacer de la reflexión un hábito, para ello es necesario crear al principio ciertas estructuras que te permitan integrarla a tu vida. La idea es que se convierta en algo espontáneo, pues a diferencia de otras actividades cognitivas, la reflexión requiere de voluntad y disciplina.

Veamos, a continuación, algunas maneras de incluir la reflexión en tu día a día.

Llevar un diario. Cuando escribimos nuestra experiencia, dejamos constancia de lo que vivimos y, al mismo tiempo, podemos ser conscientes de nuestros propios pensamientos y sentimientos. La reflexión es un acto de consciencia que, precisamente, nos permite darnos cuenta de cómo hemos llevado a cabo las acciones más importantes de nuestra vida y si hay un rumbo equivocado, poderlo enderezar.

Detenerse a meditar. Muchas personas gustan de meditar, relajarse a solas con sus pensamientos o hacer oraciones que les permitan entrar en un espacio de silencio donde pueden escucharse a ellos mismos. Esta es una muy buena forma de traer la reflexión a nuestros días y facilitarnos la apertura de un espacio para hacerlo.

Buscar inspiración. La inspiración nos lleva a la reflexión. Podemos buscarla en diversas fuentes: una buena película, un libro interesante, una entrevista, una biografía, entre otras. Lo importante es que la fuente elegida nos conecte con lo mejor de nosotros y nos sirva para nuestra evolución y desarrollo personal.

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