La tía Tula

Autor: Miguel de Unamuno

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Amor y Pedagogía

Miguel de Unamuno

Amor y pedagogía es una novela publicada en 1902 en Barcelona por un amigo del autor, Santiago Valentín Cam.​ Escrita cinco años después de su primera novela, «Paz en la guerra», no volvería a publicar un libro en prosa hasta 1912, con su obra filosófica «Del sentimiento trágico de la vida».​

Amor y pedagogía cuenta la historia de don Avito Carrascal, un intelectual que cree que puede convertir un niño en genio aplicando los principios modernos de la pedagogía.

La obra, considerada una de las cuatro novelas del autor, constituye una dura crítica a la sociología positivista, intercalando lo cómico y lo trágico.​ En las nuevas ediciones de esta obra, al prológo y al epílogo («Apuntes para un tratado de cocotología») de la primera edición,​ se suele incluir el prólogo de su autor a la segunda edición y una de sus novelas ejemplares, «Nada menos que todo un hombre».

Niebla

Miguel de Unamuno

Niebla es una novela que narra la historia de Augusto Pérez, un joven rico licenciado en Derecho, hijo único de una madre viuda.

Augusto es una persona que tiene una vida muy rutinaria y tranquila. Al verse afectado por el amor y por las pláticas que hace frecuentemente con su amigo Víctor Goti, comienza a cuestionar cada uno de los aspectos de su vida. Esos cuestionamientos lo consumen cuando su novia Eugenia huye con otro hombre después de que él abandona a Rosario, una muchacha que le había jurado estar con él y quererle siempre.

Al verse sin salida, decide buscar ayuda y se dirige a la casa de Miguel de Unamuno, un reconocido escritor, con la idea de que podría decirle qué hacer. Los resultados son inesperados cuando Unamuno se pronuncia su creador y le dice que es un ente de ficción a quien, incluso, puede matar si lo desea.

Verdad y vida

Miguel de Unamuno

En el ensayo Verdad y vida, el autor primero aclara lo que quiso decir cuando escribió que había que buscar la verdad en la vida. Con esto el quiso decir que la virtud más grande que un ser humano puede tener es la honestidad y la sinceridad.

Unamuno destaca la mentira como el vicio más feo y destructor, junto con sus derivativos la hipocresía y la exageración. En el ensayo afirma que si todos dijéramos siempre la verdad, el mundo fuera doloroso al principio pero al final todos llegaríamos a entendernos de la manera en que hoy no nos entendemos.

Los destinatarios del texto son aquellos que leyeron el previo ensayo de Unamuno y quisieron comprender lo que el quiso decir con buscar la verdad en la vida y viceversa. Su intención al escribir este texto es persuadir al lector de que la mentira es un vicio horrible y que siempre se tiene que buscar y decir la verdad.

Mi religión

Miguel de Unamuno

La intención del autor en Mi religión es reaccionar de manera contundente hacia personas de conductas y acciones preconcebidas sin ningún tipo de conciencia de lo que se dice o se hace. En la obra, expone otro punto de vista y de cómo valorar las cosas en su justa dimensión por convicción propia y no por leyendas o historias fantasiosas.

El autor nos motiva en resumidas cuentas a lo que dice esta cita ; “Y lo más de mi labor ha sido siempre inquietar a mis prójimos, removerles el poso del corazón, angustiarlos, si puedo. Lo dije ya en mi Vida de Don Quijote y Sancho, que es mi más extensa confesión a este respecto. Que busquen ellos, como yo busco; que luchen, como lucho yo, y entre todos algún pelo de secreto arrancaremos a Dios, y, por lo menos, esa lucha nos hará más hombres, hombres de más espíritu”.

Tres cuentos

Miguel de Unamuno

Publicados unitariamente en 1920 bajo el título de «Tres novelas ejemplares y un prólogo», los admirables relatos que forman este volumen titulado Tres cuentos: «Dos madres», «El marqués de Lumbría» y «Nada menos que todo un hombre», fueron escritos por Miguel de Unamuno en la segunda década del siglo XX.

Precedidos por un prólogo en el cual el autor resume sus ideas básicas sobre la teoría del relato y la creación de personajes, se caracterizan por la exploración del mundo interior, la escasez de los elementos descriptivos, el desarrollo interno de la trama en un tiempo psicológico y la importancia de los diálogos, rasgos que comparte, como apunta en la introducción al volumen Demetrio Estébanez Calderón, con las corrientes expresionistas vigentes en la época.