Modernismo Literario: Características, Autores y Obras

En las próximas líneas, encontrarás todo lo que debes saber sobre el modernismo literario, incluidas sus características, el contexto histórico en el que se desarrolló y los autores modernistas junto a sus obras más importantes.

El modernismo fue un movimiento filosófico y artístico que se desarrolló como producto de las múltiples transformaciones que tuvo la sociedad occidental entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX

El movimiento supuso una ruptura con el pasado y promovió un período revolucionario en las artes en medio de la industrialización, el triunfo del capitalismo y los avances en el ámbito científico y social.

Los promotores del modernismo rechazaban explícitamente al movimiento del realismo, y adoptaron un nuevo nivel de conciencia sobre las tradiciones artísticas de sus regiones por considerar que existía una crisis cultural. 

La tendencia de pensamiento se enfocó en proyectar a los seres humanos como individuos poderosos, capaces de crear y mejorar su entorno a través de la tecnología, la ciencia y la experimentación.

Se afirma que la primera vez que se usó el término «modernismo» fue a principios del siglo XVIII para hacer referencia a ciertos elementos de los «tiempos modernos». 

Sin embargo, la palabra adquirió sentido filosófico un siglo más tarde, cuando la creatividad de los intelectuales se vio impactada por los enormes cambios de la época.

El modernismo tuvo repercusión a escala global, pero su impacto fue diferente en cada región que adoptó el movimiento. Por ello, es justo señalar que existen varios modernismos. 

En América Latina, Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa en general, el movimiento fue percibido desde diferentes enfoques.

Otro movimiento muy influyente durante el siglo XIX que también te puede interesar: El Romanticismo: Características, Obras y Autores.

Al finalizar te invitamos a que visites:

| Libros Gratis: +150 Novelas ¡Gratis! [PDF]

| Libros Recomendados: Los Mejores 25 Libros que debes leer [Pagos]

| Autores Clásicos: +350 Libros de Autores Clásicos

¿Qué es el modernismo literario?

El modernismo literario puede definirse como un período de la historia humana y la actitud de los escritores con su entorno durante dicho período. 

Es un movimiento que rompió con la estética vigente en medio de la caída del espíritu de finales de siglo XIX, y su llegada implicó un rechazo a su herencia literaria inmediata y una necesidad intensa de separarse de la creencia realista.

Para lograrlo, los autores de este movimiento literario utilizaron recursos novedosos, como la tendencia a psicoanalizar los personajes a través del monólogo interno y la fusión de lo coloquial con un lenguaje más refinado. 

Los poetas modernistas apostaron por el verso libre y lo mezclaron con las artes plásticas, un hito incomprendido para su tiempo que les confirió el título de «poetas elitistas».

El modernismo literario se reflejó en el deseo de los escritores de imponer valores de armonía ante un mundo en decadencia. 

De esta forma, se hizo usual la búsqueda de la perfección y de las raíces de la crisis de la humanidad. 

En el modernismo, el escritor funge como una especie de guía que le muestra al lector cuáles son los valores verdaderamente necesarios.

Para los autores del modernismo literario, la verdad absoluta no existe. Todo es relativo, ya que nuestro concepto del mundo es producto de la percepción de cada uno. 

La experiencia de los escritores se basa en la pérdida, la desesperación y la alienación.

Contexto histórico del modernismo literario

En las literaturas de diferentes regiones, el modernismo literario está impulsado por la urbanización y la industrialización, factores que motivaron la búsqueda de soluciones genuinas en un mundo cambiante. 

Esta literatura cuenta con varias etapas ampliamente influenciadas por el período previo y posterior a la guerra. Según los expertos, los autores del movimiento publicaron desde 1880 a mediados de la década de 1940.

Un movimiento literario entre guerras

La Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial, los conflictos armados en África, América Latina y otros lugares del mundo, favorecieron considerablemente el pensamiento modernista.  

Durante este tiempo, todos los niveles de la sociedad experimentaron transformaciones profundas que devaluaron la condición humana, y los intelectuales decidieron promover la idea de un mundo en crisis cultural.

Los avances en el sector de las comunicaciones a nivel mundial hicieron que nuestro planeta fuese un lugar cada vez más pequeño, y cada exponente literario abordó los cambios de manera diferente. 

Por ello, distintas corrientes se atribuyen la creación de su propio modernismo.

La industrialización dice presente

La llegada del siglo XX supuso un cambio radical a nivel psicológico y espiritual que se reflejó incluso en el modo de vida de las personas. 

La literatura estaba llamada a reinventarse y anticiparse a los cambios en un contexto histórico en el que la innovación tecnológica y los avances científicos estaban a la orden del día.

El motor de combustión, la electricidad, la bombilla incandescente, el avión, la radio, el automóvil, los fertilizantes, los rayos X y muchas otras innovaciones revolucionaron el planeta durante el período modernista. 

De esta forma la tecnología pasó a ser «la nueva religión» debido al poder de las máquinas que le dieron al hombre una sensación de poder sin precedentes.

Asimismo, ocurrió una migración a gran escala de los trabajadores rurales hacia las urbes superpobladas, mientras que la tecnología también generaba una ruptura cultural con el pasado. 

A través de la literatura, también se buscaba hacer una especie de «limpieza» del orden establecido.

La decadencia cultural de Occidente

Los autores mostraron un rechazo total a la cultura europea, fuertemente marcada por la corrupción y la complacencia de las clases poderosas. 

Esta destrucción de la moral y de una sociedad preocupada por la imagen, motivó a los escritores a profundizar en lo primitivo y hacer a un lado la religión. 

Los escritores también fueron influenciados por la teoría freudiana del inconsciente y por la lógica de Einstein. 

Mientras Freud les enseñó a «mirar hacia adentro», Einstein mostró que «todo es relativo» y no hay verdades absolutas, como afirmaba Newton. 

Con el modernismo, también se hicieron presentes los conflictos en aspectos como el rol de la mujer en la sociedad, la sexualidad, el género, la religión y la opresión racial. Virginia Woolf impulsó una postura feminista en contra de la corriente machista.

Por tanto, los autores comenzaron a apreciar la identidad individual desde una perspectiva distinta. Nietzche y Marx transformaron a través de su pensamiento el concepto victoriano de moralidad y verdad. 

Cada obra producida en este período era apreciada como una entidad independiente, con sus propia lógica y leyes, lo que le agregó carácter individual al arte.

Una nueva identidad política toma protagonismo

El campo político también afectaría la percepción del ser humano sobre sí mismo y su entorno. Los medios de producción cambiaron radicalmente gracias a los avances científicos y tecnológicos en todo el mundo. 

Para el año 1900, el hombre pasó de ser un elemento esencial de cada línea de la producción, a ser una mera pieza del engranaje.

Esta división del trabajo desencadenó un resentimiento social que hizo que el hombre se sintiera alienado. 

Los trabajadores comenzaron a amenazar políticamente la posición de la clase alta (Partido Laborista) y consolidaron esta visión con la Revolución Rusa, la cual tuvo influencia en todo el mundo y, en consecuencia, en las obras de la literatura del modernismo.

Aunque el trabajo previo a la Primera Guerra Mundial de Joseph Conrad y Henry James es considerado «modernista», muchos autores ubican este movimiento en el período posterior a la guerra.  

En Europa, el padre del modernismo fue James Joyce. Su novela «Ulises«, publicada en 1922, es considerada una obra revolucionaria dentro del mundo de las letras.

El mismo año, el futuro Premio Nobel de Literatura, TS Eliot, publica en EE.UU. «The Waste Land«, una poesía que busca redención en medio de un paisaje posguerra repleto de desilusión, oscuridad y ausencia de identidad. 

Los poetas del modernismo literario creaban cada obra de forma tal que el lector tomara un rol activo en la interpretación. En lengua castellana, el poeta nicaragüense Rubén Darío hizo lo propio como el precursor del modernismo hispanoamericano.

Características generales del modernismo literario

Hasta este punto, sabemos que el modernismo surgió a fines del siglo XIX como un movimiento de renovación en contra de la concepción que el hombre tenía de sí mismo y de su contexto. 

Más concretamente, en contra del establishment. Por eso, exploró las culturas primitivas y el «yo» para crear un ser humano más auténtico y con el poder de renovarlo todo. Estas son las características del modernismo:

Individualismo

Una de las principales características del modernismo es que está impulsado por la corriente individualista

En lugar de ver a la sociedad como un conjunto, la obra poética y narrativa se volcaron hacia el individuo como un todo. En este sentido, la literatura rechazó la idea antigua de que los valores morales y religiosos eran la única alternativa de progreso del ser humano.

La literatura modernista reflejó la fascinación de los autores por la manera en la que los individuos se adaptaban a los cambios. 

La mayoría de los personajes se enfrentan a un mundo o sociedad que representa un desafío o reto para su integridad. Un ejemplo de ello son las obras de Ernest Hemingway, cuyos personajes se enfrentaron con éxito y gloria a las adversidades del mundo.

Experimentación

La literatura modernista hizo uso de diversas técnicas experimentales para romper con los convencionalismos de la época. 

El narrador y el poeta modernista recurrieron al absurdismo, las figuras retóricas, la narración no lineal y el monólogo interno, también conocido como «flujo de conciencia», para desafiar el status quo de las letras.

El flujo de conciencia nace de la preocupación constante del escritor modernista por el funcionamiento de la conciencia humana. Con este recurso, el narrador cuenta la historia en patrones similares al pensamiento humano. 

Ezra Pound, Virginia Woolf y James Joyce figuran entre los escritores del modernismo que experimentaron con esta herramienta.

En el caso del poeta modernista, el verso libre se impuso sobre la rima tradicional. Cada publicación era un desafío a las expectativas, porque mezclaba elementos del pasado con temas y lenguajes modernos, haciendo un mix de estilos que inspiraría notablemente a las generaciones futuras.

Simbolismo y subjetividad

Mediante el uso de lugares, personas, objetos y acontecimientos con significados importantes, las obras de esta corriente estuvieron enmarcadas en una realidad con múltiples interpretaciones, que bien pueden estar ocultas o aparecer en forma de código.

¿Has escuchado algún poema que parece un acertijo? Esta renovación nació durante el período de la literatura modernista. 

Pese a que el simbolismo no era nuevo ni en la poesía ni en la ficción, hacer uso de símbolos si es una innovación del escritor moderno, y esto daba mucho más que imaginar al lector que las generaciones anteriores.

Una gran cantidad de escritores del modernismo literario recurrieron al narrador en primera persona con varios personajes para exaltar el pensamiento individual de cada uno y la subjetividad de la vida

De esta forma, el modernismo estuvo cargado de relatos profundos y repletos de visiones diferentes del mundo. La subjetividad tomaría protagonismo y se convertiría en una corriente dentro del propio movimiento.

Absurdo

El clima de muerte y desolación que dejó las dos guerras mundiales impactó notablemente a los escritores y eso se reflejó en la forma de abordar la desesperanza. Durante la Primera Guerra Mundial, murieron muchos escritores y otros tantos resultaron heridos. 

Este hecho, aunado a la reorganización acelerada de la sociedad a causa del capitalismo, convirtieron al planeta en un lugar alejado de la verdadera «vida» y, por tanto, absurdo.

Así lo consideraban los intelectuales, quienes enfatizaron esta postura durante la Segunda Guerra Mundial. Para ellos, la humanidad había perdido la brújula

Escritores como Franz Kafka supieron demostrar esta concepción en sus obras. «La Metamorfosis«, su obra más notable, describe el viaje de un vendedor que se transforma en una rara criatura.

Formalismo

Una de las características más importantes del modernismo literario es la concepción de la escritura como un oficio y no exclusivamente como una expresión de la creatividad. Sin embargo, fue justamente esta visión lo que alimentaba su originalidad y su lado creativo. 

La poesía del modernismo incluye un vocabulario denso y en más de una obra pueden verse palabras inventadas. El ejemplo más notable es la obra de E.E. Cummings.

Modernismo literario latinoamericano: obras y autores trascendentales

El modernismo en América Latina tuvo su principal detonante en la poesía, específicamente entre los años 1880 y 1916. Rubén Darío fue el precursor del movimiento con su obra «Azul«, publicada en 1888. 

En lugar de referenciarse en los escritores españoles del momento, los modernistas latinoamericanos, especialmente los poetas, hicieron del simbolismo y el parnasianismo francés sus corrientes favoritas.

El movimiento surgió en la región en medio de un contexto histórico marcado por la consolidación del sistema capitalista, la intensificación de las investigaciones científicas, la crisis espiritual de Occidente y la decadencia de las monarquías, tiranías e imperios del planeta, incluida América Latina. 

La literatura española no tuvo mayor influencia en la mente de los representantes del modernismo.

Si bien el modernismo latinoamericano no tenía principios o estatutos organizados, se dio como una respuesta al naturalismo de Émile Zola y el materialismo de la sociedad burguesa occidental. 

Se dice que el modernismo latinoamericano es el reflejo más claro del mestizaje cultural entre países. Por ello, despertó la sensibilidad de toda América Latina y sirvió de medio de expresión de la realidad del continente.

Características del modernismo latinoamericano

  • Las obras modernistas de Latinoamérica están repletas de un excesivo culto a la belleza y el amor es abordado desde una perspectiva más erótica y sensual.
  • Cada uno de los escritores posee un sentido artitocrático de la literatura, por lo que existe un rechazo hacia el lenguaje vulgar, especialmente en el poema.
  • La visión cosmopolita de la sociedad llega por primera vez. El poeta es un ciudadano del mundo.
  • Surge la necesidad excesiva de usar elementos formales y recurrir al refinamiento de la palabra.
  • Los poemas y novelas también están vinculados a otras expresiones artísticas, como la música, la escultura y la pintura.
  • Crece la afición por las temáticas exóticas y pintorescas. Los escritores del modernismo ponen su atención en Grecia, la mitología, el Medio Oriente, etc.
  • Cada poema refleja las emociones que evocan las cosas, no las cosas en sí.
  • La prosa estuvo repleta de musicalidad y un lenguaje poco frecuente. Las imágenes visuales predominaron en cada poemario.
  • El verso libre predomina en el lenguaje, junto la versificación irregular.
  • El indigenismo aparece por primera vez con su legado precolombino.
  • Algunos escritores, influenciados por el progresismo social de la región, deciden mencionar en sus obras la amenaza que representa EE.UU. para los países de América Latina.

Si bien el modernismo hispanoamericano inicia con Rubén Darío, en 1886, muchos consideran que la historia comienza en 1875, cuando José Asunción Silva, Manuel Gutiérrez Nájera, Julián del Casal y José Martí representaron a la generación de literatos con las primeras ideas modernistas en la región hispanohablante.

Por ello, decidimos incluirlos en la lista de representantes destacados del modernismo literario latinoamericano que verás a continuación.

Representantes destacados del modernismo latinoamericano (obras)

Argentina

  • Leopoldo Lugones (Escritor, periodista y diplomático): Las montañas del oro (1897), y Los crepúsculos del jardín (1905).
  • Enrique Larreta (Escritor y diplomático): Artemis (1896) y La Gloria de don Ramiro (1908).

Bolivia

  • Ricardo Jaimes Freyre (Escritor y diplomático): Leyes de la versificación castellana (1907).

Chile

  • Carlos Pezoa Véliz (Poeta y periodista):  Alma chilena (1911) y Las campanas de oro (1920).

Colombia

  • José Asunción Silva (Poeta): El libro de versos (1923), De sobremesa (1925), Nocturno (1894) y Gotas amargas (1908).

Costa Rica

  • Rafael Ángel Troyo (Poeta, novelista y músico):  Corazón joven (1904) y Poemas del alma (1906).
  • Lisímaco Chavarría (Poeta y escritor): Orquídeas (1904), Nómadas (1904), Desde Los Andes (1907), Añoranzas líricas: poema vívido (1907), Manojo de guarias (1913, póstumo) y Palabras de la momia (1919, póstumo).

Cuba

  • José Martí (Político, periodista, filósofo y poeta): Ismaelillo (1882), Versos libres (1882), Versos sencillos (1891), Edad de oro (1878-1882) y Flores del destierro (1878-1895).
  • Julián del Casal: El Ensayo (1881) y Hojas al viento (1890).

República Dominicana

  • Manuel de Jesús Galván (Novelista, periodista y diplomático): Enriquillo (1879).

Ecuador

  • Ernesto Noboa y Caamaño (Poeta): Romanza de las Horas (1922).
  • Arturo Borja (Poeta): La flauta de onix (1920).
  • Humberto Fierro (Poeta): El Laúd en el Valle (1919) y La Velada Palatina (1949).
  • Medardo Ángel Silva (Escritor, poeta y músico): El árbol del bien y del mal (1915).

Guatemala

  • Enrique Gómez Carrillo (Escritor, critico literario, periodista y diplomático): Almas y cerebros: historias sentimentales, intimidades parisienses, etc. (1898), Maravillas, novela funambulesca y El evangelio del Amor (1906).
  • Rafael Arévalo Martínez (Poeta, escritor, dramaturgo y ensayista): Maya (1911) y Los atormentados (1914).

México

  • Manuel Gutiérrez Nájera (Poeta y ensayista): Cuentos frágiles (1883), Cuentos de color de humo (1894), Poesías (1896, póstumo).
  • Amado Nervo (Poeta, escritor, diplomático y periodista): Perlas negras, Místicas (1898), El bachiller (1895), y La amada inmóvil (póstuma, 1922).
  • Salvador Díaz Mirón (Poeta): El Parnaso Mexicano (1886), Poesías (1895), Poesías (1900) y Poemas (1918).

Nicaragua

  • Rubén Darío (Poeta, diplomático y periodista): Azul… (1888), Prosas profanas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905). Con Cantos de vida y esperanza, Darío consolida su obra poética y se convierte en el ganador del Premio Nobel de Literatura en 1907.
  • Alfonso Cortés (Poeta, periodista, traductor y docente): Poesías (1931), Tardes de oro (1934), Poemas eleusinos (1935), Las siete antorchas del sol (1952) y Las rimas universales (1964).

Perú

  • José Santos Chocano (Poeta y diplomático): Iras santas (1895), El canto del siglo (1901) y Alma América (1906).

Puerto Rico

  • Julia de Burgos (Poeta, escritora y dramaturga): El mar y tú: otros poemas (1951) y Canción de la verdad sencilla (1939).

Uruguay

  • Julio Herrera y Reissing (Poeta y ensayista): Canto a Lamartine (1898), Las clepsidras (1909) y Los peregrinos de piedra (1909).
  • Delmira Agustini (Poetisa): El libro blanco (1907), Cantos de la mañana (1910), Los cálices vacíos (1913), y 3 ediciones póstumas: El rosario de Eros (1924), Los astros del abismo (1924), Correspondencia sexual (1969).

Venezuela

  • Manuel Díaz Rodríguez (Escritor, político, médico y diplomático): Sensaciones de viaje (1896), Confidencias de Psiquis (1896), Cuentos Color (1899), Ídolos rotos (1901), Sangre Patricia (1902) y Peregrina 123 (1922).
  • Rufino Blanco Fombona (Escritor y diplomático):  Trovadores y trovas (1899), Cuentos de poeta (1900), El hombre de hierro (1907), Cantos de la prisión y el destierro (1911) y El hombre de hierro (1915).

Si buscas inspiración, deseas estudiar un tema a profundidad o solo quieres sentir el placer de leer, entonces, te invitamos a que eches un vistazo a nuestra amplia colección de libros en PDF.