¿Cuál fue el Primer Libro o Cuento de Terror?

Si alguna vez leíste un cuento o novela de terror, sabrás que este género de ficción está pensado para asustar o generar una sensación de inseguridad.

Las historias de fantasmas, monstruos o de cualquier situación terrorífica, muestran el lado más oscuro del ser humano, algo con lo que conectan muy bien los lectores.

Desde sus orígenes, la literatura de terror ha explorado el sempiterno misterio de la muerte y la maldad del ser humano.

A pesar de la aversión o repulsión que como lectores podemos sentir al leer estas historias, siempre podemos aterrizar en terreno seguro luego de leer sus páginas.

El terror paranormal, como las historias de fantasmas, existe desde que el ser humano descubrió el oficio de narrador.

Durante los últimos siglos, la literatura de terror ha rediseñado sus valores para ofrecer cuentos y novelas verdaderamente impactantes. Pero, ¿dónde comenzó todo? A continuación, te lo contamos.

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Origen de las narraciones de terror

Para nadie es un secreto que las historias de terror nacen de dos vertientes principales: la religión y las creencias populares.

Muchos de los personajes de las historias de terror se desarrollan a partir de creencias que se han transmitido a través de generaciones.

No importa si se trata de un relato de terror simple o una novela de terror psicológico.

A lo largo de la historia, hemos visto cómo se han utilizado hombres lobo, espíritus, vampiros e incluso personas comunes y corrientes que lucen como un buen vecino y acaban siendo asesinos en serie.

La influencia de los griegos y los romanos

Si bien autores como Stephen King y Edgar Allan Poe se convirtieron en referentes del género, los precursores del terror son tan antiguos como La Odisea, de Homero.

En esta historia, Odiseo debe enfrentarse a varias brujas. Si queremos buscar en textos religiosos, la Biblia está repleta de eventos terroríficos, especialmente en el libro del Apocalipsis.

En la Antigua Grecia se produjeron cuentos de terror sobre vampiros (lamiæ o empusæ, en griego).

Fregón de Trales, un escritor e historiador griego, escribió una historia en la que una mujer vuelve de la muerte para tener relaciones sexuales con un joven.

La influencia de los griegos es notable en la ficción de terror en Europa, al igual que los relatos de la Antigua Roma.

Mary Shelley es uno de los ejemplos más representativos. Su novela emblemática, Frankestein o el moderno Prometeo, está inspirada en la historia de Hipólito, quien es resucitado por Asclepio.

Plinio el Joven (61 a.C.), un autor de la Antigua Roma, contó la historia de fantasmas de Atenodoro, un hombre que compró una casa embrujada en la ciudad de Atenas.

El también romano Apuleyo, considerado como el autor romano más influyente del siglo II, narró sobre múltiples encuentros con vampiros, brujas o hechiceros.

El relato de terror como género literario

Luego de un período medieval en el que las historias de fantasmas y hombres lobo también fueron conocidas en Europa, el siglo XIX representó el inicio del desarrollo de la ficción de terror como género literario.

Esto ocurrió gracias al inicio del movimiento de la literatura gótica, con relatos como El Castillo de Otranto (1764), de Horace Walpole.

Walpole fue crucial para el desarrollo del género, ya que se encargó de crear una atmósfera terrorista en la historia.

El rotundo éxito de El Castillo de Otranto inspiró a otros autores a explorar este genero. Matthew Lewis hizo lo propio con la novela El Monje, una historia de corrupción dentro del clero. Ann Radcliffe fue otra de las autoras notables de este período.

Todos estos escritores abrieron paso a las siguientes generaciones de autores de terror que llegaron en el siglo XIX, como Bram Stoker, Robert Louis Stevenson y Mary Shelley.

Autores más representativos  del género del terror

Stephen King

Es probable que no sea una sorpresa para ti que «el maestro del terror» sea el primer autor de nuestra lista.

La producción literaria de King incluye al menos 80 libros, cuya mayoría se ha convertido en un éxito rotundo de ventas en todo el mundo. Sin duda, es el escritor de terror más influyente de nuestro tiempo.

Stephen King publicó su primer cuento de terror en 1967. Cuatro años más tarde, publicó Carrie, la novela con la que debutó como autor y su primer éxito de ventas. Algunas de las obras más representativas del autor son:

  • Cementerio de animales (1983)
  • El resplandor (1977)
  • The Stand o La danza de la muerte (1978)
  • Carrie (1974)
  • El Misterio de ‘Salem’s Lot(1975)

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe es uno de los narradores más respetados de todos los tiempos. Su vida transcurrió entre 1809 y 1849, con una muerte que estuvo rodeada de misterio, al igual que sus historias.

Es considerado uno de los cultivadores más analíticos del cuento de terror y el maestro del género, no por haberlo inventado, sino por haberle dado forma.

Algunas de las obras más importantes del autor incluyen:

Bram Stoker

Bram Stoker fue un novelista irlandés reconocido por ser uno de los autores más influyentes del género de terror. Su obra más importante es Drácula, publicada en 1897.

La novela representó a uno de los personajes más famosos de la época: el conde vampiro que habita Transilvania. La novela fue best sellers y un referente para múltiples adaptaciones al cine.

Otras obras representativas del autor son:

Clive Barker

Clive Barker es uno de los dramaturgos más importantes del género terror y uno de sus escritores más elogiados.

Los libros de sangre, su primer recopilatorio de cuentos de terror, fue una de las obras más elogiadas de su tiempo. Barker mezcla la fantasía y el terror con un objetivo en mente: desafiar las reglas tradicionales.

Fue premiado con un Premio Oscar al Mejor Guion Adaptado por su participación en Gods and Monster. Entre las obras más notables del autor destacan:

  • Libros de sangre, Volumen 1 (1984)
  • El corazón infernal (1986)
  • Weaveworld (1987)

H. P. Lovecraft

Fue uno de los escritores más influyentes e innovadores del género, gracias a sus aportes al cuento de terror. El autor incluyó su propia mitología, la cual desarrolló junto a otros autores de su tiempo.

La crítica considera su obra como un referente del horror cósmico, un tipo de narración que se aleja de lo sobrenatural e incluye elementos de ciencia ficción, como viajes en el tiempo. Algunas de sus obras más importantes son:

El primer libro de terror

Frankenstein o el Moderno Prometeo, de Mary Shelley

Portada de Frankenstein

Estamos ante uno de los clásicos de la literatura universal. Publicado en 1818, Frankenstein representó una propuesta original, ya que abordó temas como la ética, el progreso, el bien, el mal, la autoaceptación, la venganza y los prejuicios.

Es uno de esos libros a los que siempre puedes regresar sin remordimientos.

Mary Shelley publicó esta novela junto al subtítulo El eterno Prometeo. No sería casualidad. La historia del dios Titán de Grecia está ligada a la historia del monstruo Frankenstein.

Las características que hicieron de Prometeo una leyenda fueron las mismas que lo condenaron eternamente. Prometeo desafió a los dioses, y estos desataron toda su ira contra él.

Algo similar ocurriría con Víctor Frankenstein, un joven estudiante cuya ambición lo lleva a dar vida una «cosa sin vida».

Leer el libro

La autora parece preparar a los lectores para el destino terrorífico que le espera a Frankenstein debido a su terrible experimento. Prometeo se arrepintió de sus acciones, pero Víctor Frankenstein solo huyó de la escena que creó.

El misterio y el terror que contiene este relato tiene la personalidad de la autora, casi siempre marcada por un tono de especulación, pero siempre con carácter científico.

De esta manera, mostró conceptos como la bioelectricidad y el galvanismo, pero también se adentró en el universo de los monstruos.

Este libro es simplemente un reflejo de nuestra inquietud como seres humanos y nuestro afán de innovación, algo que no siempre puede traer consecuencias positivas.

La autora, a través de Víctor, advierte el riesgo de cruzar ciertos límites, como las leyes naturales de la vida.


Fuentes