Los 7 hábitos de éxito para toda la vida
Si estás buscando incorporar nuevos hábitos a tu vida, has llegado al lugar correcto. En esta oportunidad, te hablaremos de un libro reconocido como uno de los mejores en este tema. Se trata de Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva.
Los siete hábitos de los que se habla ampliamente en este libro son básicos para lograr efectividad en todos los ámbitos de la vida. Son el reflejo de principios que propician felicidad y éxitos perdurables en el tiempo.
Para poderlos desarrollar, necesitamos un cambio de paradigma. Los paradigmas son, simplemente, formas de ver el mundo. Covey también los llama “mapas” porque nos guían hacia un destino y nos muestran la ruta a seguir.
Los siete hábitos, que Stephen Covey desarrolla en este libro, se enfocan en paradigmas basados en principios para obtener la efectividad personal e interpersonal. Además, promueve un cambio de adentro hacia afuera.
Comencemos el recorrido de la mano de cada uno de estos hábitos.
Primer hábito: Sea proactivo
Ser proactivo no es más que hacernos responsables de nuestra vida, es aceptar que nuestros resultados son producto de nuestras propias decisiones y no de las circunstancias. Asimismo, la proactividad, tiene que ver con tomar la iniciativa para que las cosas ocurran.
Las personas proactivas tienen las siguientes características:
– Se mueven por principios y valores, de manera que sin importar las condiciones ambientales o sociales, siempre actuarán en función de cumplir sus objetivos.
– Se enfocan en su círculo de influencia, es decir, en lo que ellas pueden hacer para mejorar sus vidas.
Las personas reactivas se caracterizan por:
– Sentirse víctimas de las circunstancias y subordinan sus sentimientos a las condiciones ambientales y sociales, entregando todo su poder y siendo totalmente dependientes de lo que les ocurre.
– Esperan que les sucedan cosas, que las condiciones cambien para sentirse mejor y así poder actuar.
Se concentran en lo que no pueden controlar, es decir, en el círculo de preocupación, para no tener que tomar acción en función de cambiar aquello que no les gusta.
¿Cómo practicar la proactividad? Primero, en lugar de decir “tengo que hacer eso”, podemos decir “elijo hacer eso”. El lenguaje es un reflejo y un indicador de nuestro nivel de proactividad o reactividad.
De igual forma, podemos trabajar en nuestro círculo de influencia, en lugar de enfocarnos en el círculo de preocupación.
Segundo hábito: Empiece con un fin en mente
Supone determinar lo que realmente nos importa y enmarcar nuestras acciones en un paradigma basado en principios. Significa tener claro hacia dónde vamos y así comprender dónde estamos, para poder caminar en la dirección correcta.
El autor afirma que las cosas se crean dos veces. La primera creación ocurre en la mente y la segunda en la acción. El segundo hábito tiene que ver con la creación mental: Tener claro el objetivo, la misión, la visión y planificar en concordancia.
Muchos de nosotros caemos en la trampa de ocuparnos demasiado en asuntos que realmente no son importantes, para sentirnos efectivos. Pero la efectividad está más relacionada con tener un fin claro en mente y actuar en consecuencia.
Tercer hábito: Establezca primero lo primero
Si el segundo hábito es la creación mental, el tercero es la creación física. Es aquí donde podemos aplicar lo que Covey llama “una administración efectiva” o “la puesta en práctica incesante”.
Todo lo que hacemos está determinado por dos categorías: Lo urgente y lo importante. Lo urgente es lo que se debe hacer ahora mismo. Los asuntos urgentes parece que nos dominan y requieren de nuestra atención rápida. Las notificaciones de un teléfono inteligente son un buen ejemplo de lo urgente. Muchos no soportamos que estén allí sin ser revisadas.
Lo urgente nos presiona y reclama atención. Muchas tareas urgentes pueden ser agradables, pero generalmente no son importantes.
Cuando algo es importante trae resultados positivos. Lo importante está en armonía con nuestros paradigmas y principios, haciendo una gran diferencia en nuestras vidas. Atender lo importante nos ayuda a cumplir metas de alto valor .
Cuarto hábito: Pensar en ganar/ganar
Alimentar el paradigma ganar/ganar es sinónimo de propiciar siempre el beneficio mutuo. Todo acuerdo, solución y decisión se basa en ganancia para ambas partes. Este debería ser el fundamento de todas las interacciones sociales.
La idea es que todos los involucrados se sientan comprometidos con objetivos en común y que trabajen desde la cooperación, no desde la competencia.
El paradigma ganar/ganar lleva implícito el mensaje de que el éxito de uno es el de todos. No hay individualidades que buscan imponer su poder, sino que ambas partes actúan por un fin común que trasciende al individuo.
Quinto hábito: Procure primero comprender, y después ser comprendido
Este hábito se refiere a la acción de escuchar de forma empática y real. El autor expresa en este capítulo, que la mayoría de nosotros tiene por costumbre escuchar, mientras nos preparamos para contestar.
No intentamos comprender al otro, conectar con su sentir e intentar ver la vida desde su ángulo. Hacemos interpretaciones de lo que dicen los demás en base a nuestros paradigmas, sin tener en cuenta lo que esa persona necesita de nosotros.
Si comprendieramos primero, podríamos esperar ser comprendidos y las relaciones serían mucho más armoniosas.
Sexto hábito: La sinergia
La sinergia es definida por Stephen Covey como el engranaje perfecto, donde la conexión de cada pieza es lo más importante para lograr la unidad total.
Los hábitos anteriores son la preparación para llegar a la sinergia que unifica, regula y libera poderosas energías internas de cada persona.
La sinergia es el trabajo y la unidad en equipo, donde todos los miembros desarrollan juntos su poder creativo. Además, tiene la particularidad de formar parte de nuestro círculo de influencia, a pesar de que no podemos controlar los paradigmas de los otros.
Cada persona tiene una sinergia interna que puede existir en el ambiente más caótico y negativo. Por muy diferentes que sean los unos de los otros, siempre se pueden conseguir puntos de encuentro si cada quien activa su sinergia. De allí surge una tercera alternativa que salva al equipo de los desencuentros.
Séptimo hábito: Afile la sierra
“Afilar la sierra” se refiere a dar espacio para que las cuatro dimensiones del ser se desarrollen en nosotros de forma equilibrada, constante y sabiamente. Estas son: la física, la social, la mental y la espiritual.
Es la mejor inversión que podemos hacer por nosotros mismos. Para ser efectivos realmente lo mejor es afilar la sierra, reconociendo la importancia de atender estos cuatro aspectos de nuestra vida.
Definitivamente, este es un libro que puede ser visto como un fiel compañero del proceso constante de cambio. De hecho, así es cómo fue concebido por el autor con el fin de que sea más efectivo en la práctica.
Es por eso que te recomendamos leer este libro una y otra vez, aplicando cada ejercicio propuesto. Concéntrate en un hábito a la vez y cambia tu vida.
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