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Gustavo Adolfo Bécquer es uno de los más grandes poetas y prosistas de la literatura española y sus obras han cautivado a lectores de todo el mundo por siglos.
Aquí encontrarás una selección de 28 libros de Bécquer disponibles para descargar gratis en formato PDF. Nuestra colección incluye algunas de sus obras más famosas y queridas, como sus Rimas y Leyendas.
Esperamos que disfrutes de la lectura de estas obras maestras de la literatura española y que te animes a leer muchos más autores clásicos en nuestro sitio web.
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer fue un escritor y poeta español nacido en 1836. Conocido por su habilidad para combinar la poesía y la prosa en un estilo único, sus escritos son apreciados por su sensibilidad y profundo conocimiento de la naturaleza humana. Bécquer es uno de los más importantes representantes de la Generación del 98. Murió en 1870, a los 34 años.
Bécquer publicó Rimas y leyendas en formato folletín o novela por entregas, en un margen de seis años, de 1858 a 1864, en varios periódicos madrileños de la época, como «El Contemporáneo», en el que ejerció como redactor, o la «Crónica de Ambos Mundos» y «La América». Ese tipo de difusión condicionó en gran manera la temática y el momento de publicación de cada una.
El Monte de las Ánimas se publicó poco antes del día de Todos los Santos, Maese Pérez, el organista, en Navidad, y El miserere, en Semana Santa. Además, la publicación de algunos de ellos en varias entregas, como Rayo de Luna, hizo que su estructura variara un poco para mantener la intriga durante todo el relato.
Rimas es el conjunto de poemas del escritor sevillano del ‘tardorromanticismo español’ que, reunido con ese título, fue publicado después de su muerte.
Obra universalmente reco
nocida como «la más honda y fina poesía del siglo XIX, en tono menor», fue ridiculizada por Núñez de Arce, elogiada por Antonio Machado, admirada por Alberti y Lorca, y homenajeada por Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez.
Entre los estudios clásicos que sobre las «Rimas» se han realizado, pueden destacarse los de Rafael Montesinos, José Luis Cano o Luis Cernuda. En su aspecto formal (métrica y rima) es refrescante e innovadora la abundancia de rima asonante y versos libres.
Desde mi celda o «Cartas desde mi celda» es una colección epistolar publicada en el diario madrileño El Contemporáneo a lo largo de 1864.
Gustavo Adolfo se comprometió con El Contemporáneo para enviar una serie de cartas que con el título genérico «Desde mi celda» irían apareciendo en dicha publicación entre mayo y octubre de 1864. Ocho de ellas escritas en el monasterio de Veruela, y la última, escrita ya en Madrid.
El biógrafo y poeta sevillano Rafael Montesinos destaca
la carta tercera, en la que Bécquer rememora y describe su infancia sevillana, aunque las más populares serían las más cercanas al estilo de las Leyendas, como la que describe la lapidación y espeluznante muerte de la tía Casca, acusada de brujería, o el relato fantasmagórico de la construcción del castillo de Trasmoz en una sola noche.
En Soria ha llegado el día de Todos los Santos y se cuenta una leyenda que tiene lugar en el llamado Monte de las Ánimas. Entre los Templarios, guerreros religiosos y los nobles de Castilla que contribuyeron a reconquistar la ciudad a los árabes, sucedió un conflicto de intereses, pues los primeros tenían acotado el monte donde reservaban caza, y los otros realizaron una batida en el coto.
Por lo tanto surgió una batalla entre ambos en aquel monte, que pronto se cubrió de cadáveres. Desde entonces se dice que la noche de los difuntos la campana de la capilla suena sola y los espíritus de aquellos muertos despiertan y luchan en una pelea fantástica.
Las Leyendas de Bécquer son un conjunto de narraciones de carácter posromántico escritas y publicadas entre 1858 y 1865. Estas narraciones tienen un carácter íntimo que evoca el pasado histórico y se caracterizan por una acción verosímil con una introducción de elementos fantásticos o insólitos.
Fueron publicadas en periódicos madrileños de la época como El Contemporáneo o
La América. Son más de veinte leyendas las escritas por el autor español, las cuales han pasado a formar parte de la literatura hispana y han sido reconocidas como hermosas piezas, por varios eruditos de la materia.
Cuenta la historia de Fernando, un noble que, yendo de cacería, acierta a un ciervo que justo se cuela en una parte del bosque que se comentaba que estaba maldita, la Fuente de los Álamos.
Él va a buscar al animal y en el reflejo del agua alcanzó a ver unos ojos verdes que provocaron que perdiera la razón. Desde ese momento, salía todos los días de caza esperando encontrarse con la dueña de esos ojos. Su sirviente Íñigo, intrigado por su comportamiento, le pidió que le explicara qué pasaba.
Cuando se lo hubo contado, Íñigo le advirtió que se trataba del demonio que guardaba ese lugar. Ignorándole, Fernando volvió a la fuente y se encontró con la mujer de Los ojos verdes. Allí le confesó su amor y esta le respondió que podrían estar juntos, mientras se iba adentrando más en la fuente. Fernando intentó seguirla, se cayó dentro y se hundió en el agua.
El rayo de luna es el título de una leyenda publicada por primera vez el 13 de febrero de 1862.
«El rayo de Luna» explica la vida de Manrique, un hombre muy encerrado en sí mismo. Le encantaba la poesía y por ello su carácter solitario le permitía pensar y poder remover su mente. Una noche cálida de verano vio cómo una mujer se dirigía al monasterio de los Templarios, él la siguió e intentó alcanzarla y hablar con ella, pero a pesar de todos sus intentos no consiguió alcanzarla.
Pasado un tiempo volvió a verla desde su balcón y la volvió a seguir pero mucho más de cerca y así pudo darse cuenta de que lo que veía era un rayo de luna por el medio del bosque, al que le daba voz el viento que chocaba contra los árboles.
La cruz del diablo es un relato publicado en 1860. La leyenda narra el origen de una cruz ubicada en las cuevas de Bellver.
Mientras visita las cuevas de Bellver, un turista pregunta al guía el origen de la cruz del lugar. Éste le cuenta la historia de la cruz supuestamente maldita. El señor del Segre iba matando a la gente que estaba en contra de él. Era famoso por su crueldad y sobre todo por su armadura. A tal personaje lo mataron y su armadura cobró vida propia.
La llevaron al juicio y al final le levantaron el casco y para sorpresa de los allí presentes, la armadura estaba completamente vacía. La llevaron al calabozo y el alcaide entró en su celda y esta le atacó y se escapó. La volvieron a coger y la quemaron y fundieron en la hoguera, mientras se escuchaban gritos de dolor. De esta forma la armadura se convirtió en la Cruz del Diablo, situada en la colina del municipio de Bellver.
Cuenta cómo un músico quiere enmendar sus errores del pasado y para ello decide crear el himno del dolor del Rey Profeta, por lo que va buscando distintos misereres y escuchándolos.
Cuando cree que ha escuchado todo, llega a una abadía donde le cuentan la historia de un monasterio en el que ocurrió un saqueo donde murieron todos los monjes mientras cantaban El Miserere. Y todos los años la misma noche en la que ocurrió, las ruinas del monasterio se iluminan y se escucha un canto lúgubre, el canto de los monjes muertos.
El músico decide ir a comprobarlo, puede ver a los monjes aparecer para cantar «El Miserere», hasta que al final se les unen los arcángeles. Justo al finalizar
el canto, el músico se desmayó. Fue capaz de escribir casi todo el Miserere, pero cuando llegó al final se trabó, era incapaz de continuar, lo que hizo que se volviera loco y muriese.
Maese Pérez el organista tocaba cada día durante la misa, pero el día de Nochebuena, durante la misa de Gallo, el maese no aparecía. Tanto tardó que un enemigo suyo quiso ocupar su puesto; en ese momento apareció el maese enfermo en un sillón alegando que puesto que sentía que no le quedaba mucho, le gustaría tocar el órgano.
La misa transcurrió normalmente y el órgano sonó como siempre, pero poco a poco se fue apagando hasta que se quedó en silencio, cuando se acercaron había muerto sobre el órgano. Al año siguiente fue tocado por un buen organista, no hubo ningún incidente pero al terminar la misa juró no volver a tocarlo.
Llamaron a la hija del maese para que tocara el órgano, ella, con miedo, no quería pues había visto sombras, pero hasta el momento de la consagración cuando la hija pegó un grito y afirmaba que era su padre quien estaba tocando el órgano, le comenzaron a creer, ya que el órgano estaba sonando solo.
Cuenta la historia de Dionis, un caballero retirado que va de caza con su hija Constanza y sus monteros cuando tropieza con un joven pastor que le cuenta la historia de unas corzas que se burlaron de él.
Garcés, uno de los monteros de Dionis y enamorado de su hija, decide que va a cazar para ella a la corza más bonita, una de pelaje blanco. Ella se ríe de sus intenciones, pero a pesar de eso, Garcés pasa l
a noche en el bosque, y ve como un grupo de corzas se convierten en mujeres, una de ellas, Constanza.
Cuando sale a su encuentro, todas vuelven a convertirse en corzas, y convencido de que ha sido un sueño, va a la caza de la blanca. Cuando consigue atraparla, le parece escuchar la voz de Constanza preguntándole qué hace. Esta consigue huir y Garcés termina hiriéndola mortalmente. Ahí es cuando la cierva se transforma en Constanza.
Cuenta cómo Pedro, un joven enamorado, termina robandoLa ajorca de oro que se encontraba en manos de la Virgen en la Catedral, pues su novia había estado muy disgustada porque no podía tenerla.
A pesar de haberse negado en un principio, Pedro accedió, y aunque cerró los ojos para no ver lo que hacía, cuando por fin los abrió, las diferentes figuras a su alrededor se acercaban hacia él; tal fue el impacto que se desmayó. Cuando lo encontraron tirado con la ajorca entre las manos él solo supo decir que la ajorca era de la Virgen. Se había vuelto loco tras cometer un delito por amor.
Cartas literarias a una mujer es una obra en prosa formada por cuatro cartas publicadas en el periódico El Contemporáneo en otras tantas entregas: el 20 de diciembre de 1860, 8 de enero y 4 y 23 de abril de 1861. A pesar de su brevedad ha sido considerada por estudiosos de su obra, como Rafael Montesinos como la base de la razón poética de Bécquer.
Siguiendo un modelo de literatura epistolar plantean un diálogo ficticio con una mujer, en el que Bécquer va desgranando su teoría sobre lo que es la poesía, los sentimientos, el amor… Especialmente conocida es la pregunta
que el poeta formula ya al inicio de la Carta I:
“-¿Qué es la poesía?”
-¿Qué es poesía?- me dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul;
Cuenta la leyenda que en el señorío de Fortcastell habitó un barón, Teobaldo de Montagut. Nacido a raíz de un sueño que su madre, la condesa de Montagut tuvo, acerca de que en su interior estaba engendrando una serpiente monstruosa. Al nacer, la condesa murió; y su padre pereció años más tarde en la guerra.
Teobaldo fue un noble vil y sin piedad que arrasó todas las tierras de su señorío, hasta que un día, tal era su obsesión por cazar una res que exhausto y muerto su corcel, un paje le ofreció otro que le llevó a lugares fantásticos, incluso a pasajes en los que habitaban ángeles e infelices.
Sintió despertar de este sueño, y preso del agotamiento regresó a su castillo, encontrándolo en ruinas. Preguntó a los aldeanos, y todos le respondieron que Teobaldo de Montagut había muerto y raptado a manos del diablo.
En Memorias de un pavo el autor español nos narra en detalle los acontecimientos de una cena donde el plato principal es un pavo. Cuando uno de los comensales se dispone a trinchar el pavo, este se encuentra con una gran resistencia para con el cuchillo, a lo que exclama consternado «Qué tiene este pavo en el interior», el anfitrión de la cena se ríe y le comenta con total naturalidad, pues tiene el relleno.
El invitado le comenta que más bien parece papel, y ante el asombro de todos, es verdad. El pavo tenía en su interior papeles escritos que contenían las memorias del animal.
Cuando terminaron la lectura de este extraño diario, todos estaban enternecidos. La presencia de la víctima hacía más conmovedora la relación de sus desgracias. Pero a fuerza de la necesidad y la costumbre, transcurrido el primer momento de estupor y de silencio profundo, se comier
Cuenta la historia de amor entre Sara, una judía hermosa y un joven cristiano. Habla de cómo el padre de Sara, Daniel Leví se entera de que su hija está enamorada de un cristiano, lo que hace que la comunidad judía comience a conspirar, pues los cristianos son los enemigos. Sara se entera y enfadada al ver lo que pretende su padre le dice que tiene un nuevo padre, porque ahora es cristiana.
El padre más disgustado que nunca la amarra a la cruz y deja al resto de los judíos para que hagan con ella lo que quieran. Se cuenta que un día un arzobispo se hizo con una flor hermosa jamás vista, esta flor había sido recogida de los muros de la iglesia, decidieron cavar y encontraron los huesos de una mujer muerta. Esta flor fue conservada y hoy es bastante común, es conocida como la Rosa de la Pasión.
El gnomo cuenta la historia de unas muchachas que vienen de coger agua de la fuente cuando se encuentran con el tío Gregorio, el más anciano del lugar. Estas le piden que les cuente un cuento, y él les habla de un hombre que desapareció al introducirse en alguna de las guaridas de los gnomos.
Dice que estos viven en cuevas cercanas a los ríos y que allí tienen acumulado un gran tesoro. Ninguna de las chicas se cree las historias, excepto dos hermanas huérfanas, Marta y Magdalena, que ven ese tesoro como una manera de resolver sus problemas.
Ambas acuerdan ir esa noche en busca del tesoro. Allí se separan. Marta habla con el río, que le cuenta que ha visto el tesoro dentro de las montañas, prometiéndole riquezas. Magdalena habla con el viento, que no sabe nada del tesoro, pidiéndole que se marche de ese lugar, que él cuidará de ella. Magd
alena termina llegando al pueblo, pero de Marta no se volvió a saber.
En La cueva de la mora, Bécquer nos transporta a la época de la Reconquista, contándonos la historia de un caballero cristiano que es apresado en una batalla y retenido en las mazmorras de un castillo en las peores condiciones.
Mientras está preso, se enamora de la hija del alcaide del castillo. Cuando es rescatado, decide volver al castillo por ella, y vuelve a entrar en batalla. Los moros terminan tirándolo de un muro, y yacía moribundo cuando la mora fue a salvarle. Consiguió arrastrarlo hasta el patio de armas, y después lo escondió en una cueva. Fue a buscar agua para él al río, pero los moros la confundieron con uno de los cristianos y le dispararon. Desde entonces, se decía que sus almas vagaban por esa cueva.
La venta de los gatos cuenta que un día paseando por el barrio de San Jerónimo de Sevilla se encontró con una venta en la cual había gran multitud y alegría. Se decidió a parar en dicho lugar y mientras se tomaba algo, observó a una chica, que era la cantante en un coro femenino y la retrató. Al terminar, se disponía a abandonar la venta, cuando un joven, el responsable del coro masculino se le acercó y rogándole que le regalase el retrato de su amada, le mostró todos sus sentimientos.
Después de esto, el autor abandonó Sevilla, a la cual volvió 10 años después. Se dispuso a tomar algo en el mismo lugar en que 10 años atrás había estado, pero todo había cambiado. El ventero comenzó a contarle lo sucedido: La chica a la que había retratado, Amparo, se prometió con el chico de la guitarra. Estaban a punto de casarse, cuando un día, llegaron unas personas pidiendo información sobre Amparo. Esta había sido arrancada de los brazos de su padre, un poderoso hombre, y este quería recuperarla.
Pulo es un caudillo enamorado de la mujer de su hermano Tippot-Dheli (rey de Orisa). Una noche Pulo y Siannah son descubiertos y Pulo mata a su hermano, convirtiéndose en rey y a la vez cayendo sobre él la maldición de los amantes.
Por más que Pulo intenta librarse de la maldición no lo consigue, pide ayuda a un sacerdote que le dice que será libre cuando suba por las orillas del Ganges y llegue al Tíbet, donde se lavará las manos manchadas de sangre en un manantial; durante todo el viaje llevará consigo a Siannah.
Casi al final del camino, Siannah desaparece misteriosamente y Pulo tiene que luchar contra la muerte (Schimen), y es salvado gracias a Vichenú (antagonista de Schimen), quien le encomienda otra tarea, la cual una vez cumplida será liberado y Siannah volverá. La impaciencia de Pulo hace que no sea posible cumplir la tarea, y decide suicidarse, en ese momento vuelve Siannah, quien será la primera viuda india que se arrojó al fuego con el cadáver de su esposo.
Bécquer dejó compuesto el manuscrito titulado Libro de los gorriones: colección de argumentos, ideas y planes de cosas diferentes que se concluirán o no según sople el viento, y firmado en 1868 por «Gustavo Adolfo Claudio D. Bécquer», como puede leerse en el manuscrito original conservado en la Colección de Obras Maestras de la Literatura de la Biblioteca Nacional de España, en Madrid.
Muerto el poeta, y no teniendo al parecer conocimiento del manuscrito perdido, sus amigos Narciso Campillo y Augusto Ferrán recopilaron la obra de Bécquer que publicaron en una primera edición titulada «Obras» en 1870. En 1871 se hizo una nueva edición en dos volúmenes, que incluían con el título de «Rimas» los 76 poemas recopilados, junto a sus «Leyendas en prosa», para ayudar a la viuda y sus hijos.
Andrés, huérfano al nacer, era un joven que ansiosamente buscaba algún elemento en el que verter todo su amor. Con el paso del tiempo, fue trabajando y enriqueciéndose. Un día se encontró un cachorro, al cual acogió y crío como un hijo. Pero seguía sintiéndose vacío. Tiempo después se decidió comprarse un caballo. El perro y el caballo se hicieron íntimos compañeros, Andrés se sentía el hombre más feliz del mundo, pero, aún se sentía vacío, necesitaba el amor de una mujer.
Un día en el bosque, observó a una muchacha, habló con ella, y meses después pactó la boda con su madre. Ahora sí, con la mujer, el caballo y el perro, se sentía totalmente completo.
Un día, volvió a casa, y se encontró al perro muerto y a su mujer y el caballo desaparecidos. Tras horas en busca de ellos, le dijeron que se había fugado el ladrón y la mujer, dejando atrás al caballo exhausto. Todo esto hizo que Andrés muriera de pena.
La pereza dicen que es don de los inmortales: en efecto, en esa serena y olímpica quietud de los perezosos de pura raza, hay algo que les da cierta semejanza con los dioses.
El trabajo aseguran que santifica al hombre: de aquí sin duda el adagio popular que dice: «A Dios rogando y con el mazo dando». Yo tengo, no obstante, mis ideas particulares sobre este punto. Creo, en efecto, que se puede recitar una jaculatoria, mientras se echan los bofes golpeando un yunque; pero la verdadera oración, esa oración sin palabras que nos pone en contacto con el Ser Supremo, por medio de la idea mística, no puede existir sin
tener á la pereza por base.
La pereza, pues, no sólo ennoblece al hombre porque le da cierta semejanza con los privilegiados seres que gozan de la inmortalidad, sino que, después de tanto como contra ella se declama, es seguramente uno de los mejores caminos para irse al cielo».
En El Aderezo de Esmeraldas Bécquer nos narra una historia que le contó un amigo suyo. Una noche que se encontraba caminando sin rumbo, paró delante de una joyería, pensando a quién de sus amigas le regalaría qué. El hombre se decidió a comprar unas esmeraldas, pero tenía que conseguir el dinero así que escribió un libro, pero aún le faltaba dinero. Decidió usar lo conseguido con la venta del libro para apostar y conseguir lo que le restaba.
Una vez obtuvo el dinero, compró el aderezo, y pactó con una de las doncellas de la dama para que colocase la joya sin que esta se diera cuenta. En uno de los más importantes bailes de la ciudad observó a la dama con su joya, tal fue su alegría, que esa noche soñó con la mujer.
En el momento final de la historia, el amigo le comenta a Bécquer que no es más que una farsa que se acaba de inventar.
Bettini está en la escena; ha comenzado un andante, el andante de Martha, en que cada nota es un melancólico suspiro de amor o un sollozo de amargura. El público, sin embargo, no escucha a Bettini.
Se ha visto oscilar un instante el portier de terciopelo de su platea; ya se divisa, por debajo de los anchos pliegues de carmín que cierran el fondo de la concha de seda y oro que ha de ocupar, el extremo de su falda de tul, blanca y vaporosa. Ella va a aparecer al fin. Va a aparecer el ídolo de la sociedad elegante; la heroína de las fiestas aristocráticas; el encanto de sus amigos; la desesperación de sus rivales; La mujer a la moda.
¡Cuántas trocarían su existencia feliz, aunque oscura, por aquella existencia brillante, rica de vanidades satisfechas, ebria de adulaciones y desdeñosa de fáciles triunfos! La grandeza de la mujer a la moda, como todas las grandezas del mundo, tiene, sin embargo, escondida en su seno la silenciosa compensación de amargura que equilibra con el dolor las mayores felicidades.
En una cartera de dibujo que conservo aún llena de ligeros apuntes, hechos durante algunas de mis excursiones semiartísticas a la ciudad de Toledo, hay escritas Tres fechas.
Los sucesos de que guardan la memoria estos números, son hasta cierto punto insignificantes. Sin embargo, con su recuerdo me he entretenido en formar algunas noches de insomnio una novela más o menos sentimental o sombría, según que mi imaginación se hallaba más o menos exaltada y propensa a ideas risueñas o terribles.
Voy, pues, a limitarme a narrar brevemente los tres sucesos que suelen servir de epígrafe a los capítulos de mis soñadas novelas; los tres puntos aislados que yo suelo reunir en mi mente por medio de una serie de ideas como un hilo de luz; los tres temas, en fin, sobre que yo hago mil y mil variaciones, las que pudiéramos llamar absurdas sinfonías de la imaginación.
En esta obra Bécquer presenta el dialogo entre dos hojas secas que se encuentran en medio del camino, y quienes comienzan a rememorar lo que era su vida cuando aún eran jóvenes y formaban parte de un árbol.
Las hojas secas narran cómo pasaban la vida y los días en una de las ramas y cómo interactuaban con otros seres que hacen vida en los árboles y a su alrededor. Ahora deben vivir a expensas del viento que las arrastra por la tierra y las lana por doquier sin tener un destino definido.
Para finalizar el autor narra:
«Silbó el aire que había permanecido un momento callado, y las hojas se levantaron en confuso remolino, perdiéndose á lo lejos entre las tinieblas de la noche.
Y yo pensé entonces algo que no puedo recordar, y que, aunque lo recordase, no encontraría palabras para decirlo».
El rey de Castilla celebra un gran festín en honor a los caballeros que se van a luchar contra los moros. A esa fiesta asisten Doña Inés de Tordesillas, y dos de sus enamorados, Alonso de Carrillo y Lope Sandoval.
Estos aprovechan que se le cae un guante para acercarse a ella, y cada uno termina cogiéndolo por un extremo. Ahí empieza su enfrentamiento, que se resuelve gracias al rey, que al ver la situación decide ser él quien le entregue el guante. Esa noche los dos caballeros quedan para batirse en duelo. Encontraron un cobertizo que les podía servir, en el que se veían un Cristo y una calavera iluminados por una luz. Cuando empezaron a pelear, la luz se apagó, y como eso siguió pasando varias veces, decidieron que su pel